Alejandro Vera // 21 de julio de 2019

La "Casa Histórica" del Museo Arocena en Torreón, Coahuila, es un lugar buenísimo para tocar e ir a conciertos. La acústica es maravillosa para cualquier tipo de ensamble y el lugar, por estar dentro del museo y estar rodeado de salas de exposición, es sumamente agradable. La temperatura, muchos grados por debajo de lo que había afuera (al mediodía en Torreón...) dejó disfrutar todo lo que sucedió en el concierto de las obras de Alejandro Vera (el Plex, como lo conocemos los que lo conocemos de antaño). De lo sucedido podríamos decir...



  • LÁGRIMAS (2019) para trío con piano

Siendo esta la primera obra de Plex que escuchaba, traté de no tener ninguna expectativa. La obra se desarrolló como se hubiera esperado: tritonos, séptimas y novenas, intervalos duros en las cuerdas... el piano con muchas, muchas notas y todo con una atmósfera que me evocaba a un Shostakovich modernizado. La impresión que me dejó la obra fue de un indiscutible talento y habilidad para la composición, aunque, tal vez como consideración hacia el público torreonense, o sencillamente una apropiación del arte propio, la música resultó bastante tradicional. La interpretación del Trío Siqueiros, impecable, se coloreaba con el bamboleo de Juanmanuel (violín) que guiaba en ocasiones a los demás debido al pulso tan lento y lo intrincado de las facturas. El nivel instrumental fue placenteramente impresionante.


  • PÌO (2017) para pollo de juguete y electrónicos


Cuando vi el título y la -instrumentación- de la obra no me emocioné mucho. La mezcla de performance y obras electrónicas puede salir muy bien, o enormemente mal, es una apuesta arriesgada. La obra en sí sonaba a una corriente muy específica de la música con electrónicos que después de escuchar varias obras ya empieza a parecer familiar, tanto en sonoridad como en el uso de los contrastes. El intérprete, Eusebio Sánchez, llamó a varios niños a participar en la obra y el ambiente se tornó de concierto didáctico. Es cierto que la Música Nueva de concierto siempre está rompiendo paradigmas e integrando elementos diversos, tal vez, como en la obra de A. Danto "The Transfiguration of the Commonplace", es este elemento de transfiguración el que le agrega valor a PÌO.


  • PRYPIAT


El Cuarteto Cromano cerró el concierto maravillosamente con esta obra en 3 partes continuas. Fuera del lado descriptivo de la música, encontré la escritura realmente sobresaliente. Plex, evidentemente influenciado por la escuela soviética de los 60's y tal vez el ambientalismo de su formación en música para cine, logró un equilibrio entre texturas, colores, e incluso longitud que refrescaba al oyente. Su habilidad para pasar de un gesto a otro, de un pasaje al siguiente, denotaron una habilidad que cabe mencionar. El público quedó encantado, y el evidente virtuosismo de los miembros del cuarteto llevaron la música de Plex a su máxima expresión. El volumen y los ataques de Ana Karen Rodríguez (violonchelo) se adecuaban perfectamente a la sonoridad del cuarteto de cuerdas, y a pesar de la dificultad de la escritura, la música fluyó sin problemas.

En fin, fuera de una ligera condescendencia de Plex cuando le hablaba a un público evidentemente nuevo en el asunto (ligera, aunque de alguna forma muy persistente en lo general cuando los compositores hablan de la -nueva escuela-, que realmente ya tiene más de un siglo), el concierto, disfrutable y hasta educativo, seguramente le dio un tono diferente al domingo de los asistentes.


Chels Herrera

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